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Es un mito que el envejecimiento tiene que ser una matanza en el dormitorio. Si se cuida ahora y mantiene un estilo de vida saludable a medida que envejece, continuará prosperando entre las sábanas. Así es cómo.
Ejercicio : El ejercicio vigoroso regular mejora la capacidad de su corazón para bombear sangre. Eso es importante para el sexo, ya que una erección fuerte necesita abundante flujo de sangre en su pene. Haga sudar durante 20 a 30 minutos cada día y será mucho menos probable que no se inicie. Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, comienza lentamente. Caminar a paso ligero es un ejercicio ideal, y todo su cuerpo se beneficiará. Si tiene más de 45 años o tiene una condición médica, consulte a su médico.
Come bien: Si bien ningún alimento aumentará su rendimiento sexual, comer los tipos correctos de alimentos y en las cantidades correctas lo mantendrá saludable y listo para el sexo. Concéntrese en verduras, frutas, granos enteros, carnes magras y pescado. Preste mucha atención al tamaño de la porción. Una dieta saludable ayuda a proteger contra enfermedades cardíacas, obesidad, presión arterial alta y otras afecciones crónicas que pueden afectar el sexo.
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Perder peso: Llevar kilos de más puede ser un problema. Con el tiempo, demasiada grasa puede provocar la obstrucción de las arterias y un flujo sanguíneo más deficiente. Eso hace que sea más difícil para su pene obtener la sangre que necesita para una erección saludable. Combine el ejercicio y una dieta saludable para reducir su peso a donde debería estar.
Deja de fumar : Los hombres que dejan de fumar dicen que tienen mejores erecciones y una excitación más rápida que los hombres que no abandonan el hábito. Los hombres que fuman tienen el doble de probabilidades de tener disfunción eréctil que los no fumadores. Considere los beneficios que cosechará en el dormitorio y deje de fumar ahora. Si lo has intentado antes, sigue intentándolo hasta que se pegue.
Pedir ayuda: El sexo comienza en tu cerebro, así que presta mucha atención a lo que sucede en tu cabeza y obtén ayuda cuando la necesites. La depresión, por ejemplo, es una enfermedad grave que interrumpe muchas partes de la vida diaria y puede obstaculizar el deseo sexual. Entre los 40 y 70 años de edad, los hombres con depresión probablemente también tengan DE. El estrés crónico, que aumenta su presión arterial y sobrecarga su corazón, es otro asesino de la libido. Algunas mujeres premenopáusicas que parecen no estar interesadas en el sexo pueden estar sufriendo de una afección llamada trastorno del deseo sexual hipoactivo (HSDD). Además, en 2015, la FDA aprobó el medicamento flibanserin (Addyi) para mejorar el deseo sexual de una mujer.
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Duerma bien: Si regularmente escatima en dormir, es más probable que tenga problemas de salud crónicos, como presión arterial alta, enfermedad cardíaca y diabetes, obesidad y trastornos del estado de ánimo. Falta de sueño también puede ralentizar su deseo sexual; el sueño perdido se ha relacionado con niveles más bajos de testosterona en hombres jóvenes y mayores. Hacer del sueño una prioridad. Si sus problemas de sueño no se mueven, consulte a su médico. Las condiciones físicas, como la apnea obstructiva del sueño, pueden tratarse, al igual que los problemas continuos con el insomnio.
Revisa tus medicinas: Si tiene problemas en el dormitorio, la causa puede estar en su botiquín. Hable con su médico acerca de los medicamentos que toma, incluso si no necesita una receta para ellos. A menudo hay otros medicamentos disponibles que no causan efectos secundarios similares y pueden hacer el trabajo igual de bien y causar menos problemas. Los culpables comunes incluyen:
- Medicamentos para la presión arterial alta
- Medicamentos para la prostata
- Medicamentos altos en colesterol
- Algunos antidepresivos
Obtener chequeos: Los problemas crónicos como la diabetes, la presión arterial alta y las enfermedades del corazón no aparecen de la noche a la mañana. En su lugar, se acumulan con el tiempo y afectan lentamente su salud general, incluida su vida sexual. A partir de ahora, consulte a un médico con regularidad para conocer su estado de salud y cómo evitar un diagnóstico problemático.