Atracones

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Anonim

Una persona con un trastorno por atracón consume una gran cantidad de alimentos en dos horas, y lo hace a menudo. Tener un trastorno por atracón significa no poder controlar la cantidad de alimentos consumidos. No puedes dejar de comer, incluso cuando estás lleno.

La mayoría de nosotros comemos en exceso de vez en cuando, y muchas personas a menudo sienten que han comido más de lo que deberían. Pero, ¿significa esto que somos "comedores compulsivos"? Probablemente no: comer mucha comida no siempre significa que una persona tenga un problema de alimentación.

¿Qué tan común es comer en exceso?

El trastorno por atracón es un trastorno reconocido recientemente y algunos piensan que es el más común de los trastornos de la alimentación.

Alrededor del 2% de todos los adultos en los EE. UU. (Hasta 4 millones de estadounidenses) tienen un trastorno por atracón. Aproximadamente del 10% al 15% de las personas que son levemente obesas y que intentan perder peso por su cuenta o a través de programas comerciales para perder peso tienen esta condición. El trastorno es aún más común en personas con obesidad severa.

A diferencia de otros trastornos de la alimentación, como la bulimia nerviosa o la anorexia nerviosa, un gran número de hombres padecen este trastorno, pero aún es más común en las mujeres. Es más común entre el sobrepeso severo, pero se puede encontrar entre personas de cualquier peso.

¿Qué causa el trastorno por atracón?

Nadie sabe con certeza qué causa el trastorno por atracón, pero se cree que hay varios factores que contribuyen. La genética y la biología parecen jugar un papel en el desarrollo de la enfermedad. Los investigadores están estudiando activamente cómo el funcionamiento anormal de las áreas del cerebro que regulan el hambre y la plenitud, o el control de los impulsos, puede contribuir a la alimentación compulsiva. También se cree que la psicología individual juega un papel importante: aproximadamente el 50% de las personas con trastorno por atracón sufren de depresión, y se cree que las emociones negativas (ansiedad, vergüenza y culpa) contribuyen a las conductas alimentarias fuera de control. Es probable que los factores sociales y culturales también desempeñen un papel en el trastorno por atracón, ya que los alimentos pueden convertirse en una forma de mostrar amor, consolar o incluso inducir culpa. La industria alimentaria y la amplia disponibilidad de alimentos procesados ​​pueden hacer que sea más difícil estar en sintonía con lo que nutrirá nuestros cuerpos. Además, la cultura occidental enfatiza el deseo de delgadez. Muchas personas con trastorno por atracones han estado en dietas múltiples.

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¿Comer en exceso no es saludable?

Sí, el atracón se ha relacionado con las siguientes condiciones:

  • Desnutrición
  • Depresión
  • Diabetes
  • Alta presion sanguinea
  • Colesterol alto
  • Enfermedad de la vesícula
  • Enfermedad del corazón
  • Cáncer

¿Cómo se trata la alimentación compulsiva?

El trastorno por atracón se trata mejor con una combinación de enfoques. La psicoterapia, como la terapia conductual cognitiva y la terapia orientada a la comprensión, puede ayudar a los pacientes a aprender a reconocer los pensamientos y sentimientos que pueden desencadenar una alimentación compulsiva. La terapia de grupo también puede ser muy útil para ayudar a los pacientes a sentir menos vergüenza por sus síntomas. Algunas estrategias de autoayuda, como llevar un diario y la meditación, pueden ayudar a las personas a identificar y tolerar los sentimientos difíciles que pueden llevar a una alimentación compulsiva. El asesoramiento nutricional se puede utilizar para educar al paciente acerca de la elección de alimentos saludables y, lo que es más importante, sobre cómo reconocer la diferencia entre el hambre físico y el hambre emocional. Finalmente, el medicamento estimulante Vyvanse está aprobado por la FDA para el tratamiento del trastorno por atracón. Para algunas personas, ciertos medicamentos como los antidepresivos como el Wellbutrin o los medicamentos anticonvulsivos, como Topamax, también pueden ayudar a tratar los síntomas depresivos asociados y, en algunos pacientes, pueden ayudar a regular el control de los impulsos y la necesidad de comer compulsivamente.